Es el nombre de la concept store de Pierre Cluizel, hijo del famoso chocolatier francés Michel Cluizel, situada en un lugar de encanto y con historia de París, el pasaje Cour de Commerce Saint André, en Saint-Germain-de-Pres, en el 6ème arrondisement (6º distrito parisino).
Bajo el lema L´Art de Vivre Autour du Chocolat, el sueño de Cluizel y sus socias Caroline Carron de la Carrière y Sylvie Valette ha sido combinar en 800 m2, en tres pisos y en tres edificios adyacentes tienda, pastelería, obrador a la vista, bar de chocolate (con mesitas exteriores si el clima lo permite), lounge, restaurante, salón de chocolate y escuela de cocina y pastelería de chocolate.
El nombre del lugar evoca lo mejor del domingo pero yo tuve la suerte de disfrutarlo el pasado sábado por la mañana, antes de las 11, para desayunar. El logotipo de la casa, abierta hace medio año, es un árbol -creo que un olivo- y las tarjetas de visita son de color verde pistacho, con un bolsito con la marca que lleva una “mano invisible” femenina (no la de Adam Smith), con guantes largos y un anillo. Trés chic. No os la puedo reproducir aquí, je suis désolée J
En la fachada predominan los tonos grises y verdes. En la planta baja, muy minimalista, está la tienda boutique, el obrador L´atelier pâtissiere, la cafetería-salón de té-chocolatería Le bar à chocolat y el restaurante. En la tienda los empleados son jóvenes y muy amables. En todas las estanterías y vitrinas, los pasteles, los pralinés (bombones), mermeladas, tabletas, bolitas de chocolate, macarons, foie gras con chocolate, músicos (mendiants) y otros productos están expuestos con gusto. Hay utensilios de cocina e ingredientes para comprar (pan de oro y plata, polvo de cacao, etc.). Compré un chocolate de degustación que reseñaré otro día.
LA DEGUSTACIÓN
Tomamos dos chocolates calientes muy buenos, amargos (elaborados sin leche) en una mesita del pasaje antiguo, frente a un letrero que explicaba la historia del lugar, ligada a la revolución francesa. Marat publicó L´ami du peuple, Schmidt fabricó la primera guillotina y Danton vivió allí hasta su arresto.
Lástima que la cantidad de chocolate era mínima y se sirvió en un vasito de papel (a 2 €). Un fallo en un lugar tan bonito. Los postres estaban muy buenos, sobre todo el que pedí yo, le croustillant au grué de cacao.
Un pastelito con excelente mousse de chocolate amargo bien trabajado y dos tipos de crujiente de chocolate, uno galletita y otro tipo teja. Rico glaseado. Decoración con plaquita de chocolate, pan de oro y tallarín volador de chocolate (no sé cómo llamarlo). Coste: 6,20 €. Con las bazofias que dan por ahí a 5 € y 6 € o más, un dinero bien gastado. El otro postre era un éclair au chocolat correcto, con una larga placa de chocolate, relleno de trufa amarga, por 4,80 €. Me quedé con ganas de probar le sublime chocolat thé Earl Grey et noix de Macadamia y otras delicias de las vitrinas.
MÁS DEL LUGAR
En el obrador a la vista trabajan el chef Quentin Bailly y su equipo. El sábado que visité el lugar un grupo de cuatro personas trabajan acostumbradas a las miradas del público.
Todos los espacios de la planta baja están entrelazados; es decir, se puede entrar por la tienda, pasar por el obrador y de allí, llegar hasta el restaurante. Los menús se basan en la cocina francesa mediterránea, poco salada, con guiños al chocolate amargo, según me explicó un atento dependiente, el mismo que tuvo especial cuidado en explicarme los ingredientes de los postres. (Soy alérgica a algunos alimentos. En Francia lo paso fatal; he tenido malas experiencias en muchos restaurantes a pesar de insistir a los camareros).
En el primer piso está la grand cuisine, un lugar de degustación y un lounge donde un mixologist -no un barman- prepara cócteles con chocolate. En esta planta se llevan a cabo los cursos de cocina o de pastelería con chocolate. Las recetas propuestas son fáciles de hacer y los aprendices encuentran las medidas y los ingredientes preparados (carne deshuesada y cortada, pescado cortado y sin espinas, verduras cortadas). Toda una comodidad para aprovechar bien el tiempo y además, hacer preguntas al profesor.
CURSOS DE COCINA
Impartidos por los expertos pasteleros y chocolateros William Caussimon, Quentin Bailly y Benoît Flipot, los cursos admiten un máximo de 10-12 personas, que pueden ser cocinillas o miembros de una empresa, por ejemplo, y tienen una duración de 2 horas los de repostería y de 3 horas los de cocina.
Los próximos talleres son de cocina y tendrán lugar el jueves 7 de julio de 20 a 23 horas y el sábado 23 de julio de 9:30 a 12:30 del mediodía y cuestan 100 € y 125 € respectivamente. Ver aquí el contenido, que todavía está por concretar. En los cursos de los jueves, después de la degustación de los platos se incluye un té o café gourmet con el postre. Los cursos de pastelería cuestan 70 €. La pega es que se reservan el derecho de cancelar el curso si no hay un quórum de 6 personas y avisan con 48 horas de antelación. Muy poco tiempo para hacer planes.
Este lugar no es la única razón para visitar Paris pero sí un aliciente más para los muy chocolateros, que podrán hacer rutas por las pastelerías y chocolatiers más conocidos, a metros y pocas calles de este parque temático del chocolate, pensado con detalle y elegancia, abierto TODOS los días de la semana.
Un lujo en París, donde el domingo muchas pastelerías y chocolaterías están cerradas.
4-6-8 Cour de Commerce Saint André
París (distrito 6º, a un paso del Boulevard Saint Germain, metro Odéon)
Para reservas y calendario de cursos (Le Calendrier des Ateliers et Cours de Cuisine) contactad en el número de teléfono 00 01 56 81 18 18
Para ver una reseña sobre el restaurante, que no visité, podéis clicar aquí (en francés). En la página web del lugar podéis ver la carta creada por el chef William Caussimon, el equipo de cocina y un montón de fotos de la decoración de los distintos espacios.